viernes, 1 de enero de 2016

Reseña de "Cucos"

Elisa me preguntó qué pienso cuando oigo Cucos (Ficticia, México, 2015). Pienso en animalitos, como cucús, cuyos o cocuyos. Cada uno de estos cuentos cortos tiene vida propia, es tan orgánico que cada palabra, incluso cada letra (como cuando dice que las palab se las llev el…), tiene una función, mucho más que en la mayoría de los libros. Y es que las pocas y certeras palabras (que también debería aplicarse a los grandes discursos…), con el peso de un balín, con la intensidad de una granada, deben hacer estallar el lenguaje y la misma sociedad, derrumbando las ilusiones (particularmente las palabras ilusorias) o disparando instantáneas del momento en el que la realidad resplandece más, a través del acto ilusionista de la literatura.
La brevedad como negatividad nos acerca al vacío, el no ser, la muerte o el ser inacabado, malhecho, ya sea por el ego, el conformismo, la impostura, la crueldad, la misma vulnerabilidad humana, y que Elisa nos los muestra con dureza, pero también con humor, ternura y erotismo. Ese vacío e imperfección, señalados por Homero, Cervantes, Nietzsche, Rulfo, Samperio, entre otros que la autora invita, es precisamente lo que, si enfrentamos y valoramos debidamente, nos puede permitir transfigurarnos en cualquier aspecto.
No quisiera tropezar, más de lo que quizá ya hice, por lo que me despido recomendando la lectura de los Cucos.

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