domingo, 20 de diciembre de 2009

Mata la navidad, celebra el existir

No necesito de la navidad, ni del 14 de febrero,
para decirte que te quiero,
de hecho no los necesito para nada más tampoco.

No necesito comprarte nada.
No necesito vestirme como dicen que debo hacerlo,
ni ir a París o algo parecido,
ni ser musculoso, eso creo,
o hacer muchos chistes y tener una barbilla determinada
y unos ojos determinados.
Eso creo.

Mata la navidad, celebra el existir.

¿Es que el ser humano es tan fácil de domesticar,
y le dicen todo lo que debe hacer, hasta cuándo, cómo y a quién querer?
La respuesta es obvia, pero quería preguntar de todos modos.

Para decirlo en términos que todos entendamos (espero):
para mí siempre es navidad y 14 de febrero.

Con la DIFERENCIA
de que no puedo creer en ese tipo de celebraciones,
inventadas por unos comerciantes
(la iglesia es una gran comerciante también, y de las peores),
que en los millones de esclavos que las practican,
a veces expresan amor
y muchas veces, varias toneladas de hipocresía y simplemente moda.

Mata la navidad, celebra el existir.

La gracia
El amor
La paz
se ofrecen
y se cultivan
no se compran.

Sus ritmos son como los de las aves migratorias o las canciones honestas:
No esperan que otros les digan cuándo empezar.
Y su fuerza puede ser más grande que la de todos los volts de un mall,
y hacer florecer en plena oscuridad.

*Por cierto, veo que en 2007 publiqué otra cosa antinavideña jaja.
** Por cierto, todos los abrazos de buena fe son siempre bien recibidos.