sábado, 22 de mayo de 2010

Crítica de la ortodoxia en Shrek

Shrek, como todos los que la hayan visto habrán notado, es una inversión de muchos valores ortodoxos: el ogro que no es cruel, el príncipe vil o la princesa que a veces es fea.
El que un dragón pueda tener sentimientos y además sean hermosos, es algo completamente inconcebible para una mentalidad ortodoxa. El dragón era un símbolo del demonio en la Edad Media, aunque ya queda muy poco de eso. La explicación de la maldad del dragón en la película, es psicológica: es un ser que pide amor y, como no lo tiene, es agresivo. Algo parecido al caso del mismo Shrek. Cuando la dragona recibe la ternura del Burro, cambia totalmente, y ayuda al Burro y a Shrek. La escena en la que entra a la iglesia rompiendo el enorme vitral justo en la misa de la boda de los príncipes, es de un simbolismo bastante transgresor. Genial. Y luego se come al príncipe sin más, y devuelve la corona...
Además, en el pantano de Shrek se hace una fiesta al terminar esta lucha, en un mundo donde no hay símbolos de verticalidad como los que se imponen en la sociedad humana, gobernada por el príncipe. Los excluídos (los personajes de cuentos de hadas) ahora han excluído a los humanos, que son de lo más estúpidos, viles y manipulables (lo que mejor representa eso es cuando los sirvientes del príncipe le enseñan letreros al pueblo para que éste sepa qué debe hacer o decir). Cuando Shrek y el Burro llegan por primera vez al país del príncipe, lo encuentran vacío y, tras apretar un botón, un mecanismo de muñequitos que representan la sociedad les da la bienvenida. Esta sociedad de juguete es perfectamente armónica, como el príncipe quisiera que fuera, y como quiere hacerle creer a todos. Esto me recuerda a las celebraciones que se hacen en las escuelas o a los días conmemorativos de las naciones, donde las autoridades se esmeran en que participe la mayor cantidad de gente posible en este teatro donde siempre se habla de felicidad, igualdad, democracia, etc., y cuyo objetivo real es afirmar que las cosas están como deben estar bajo el mando de quienes deben estar, y quien no opine del mismo modo, es un enemigo público de la paz y la supuesta fraternidad humana.
Lo que criticaría de esta película sería que "lo feo" de los ogros consiste en tener rasgos no afilados, es decir, en no conformar el estereotipo de la belleza blanca. Esto es racista, aunque de algún modo tenían que representar "lo feo" de modo que los espectadores lo comprendieran. Lo mismo sucede con el hecho de que el príncipe sea bajito, aunque es una metáfora, pero no deja de ser una metáfora discriminadora. También me parece cursi y absurdo que los dos protagonistas encuentren una pareja con la que sean muy felices prácticamente al mismo tiempo, y que esto casi siempre sea condición para la alegria.
Uno de los clímax (hay obras que tienen varios clímax) es cuando la princesa insiste en ver el rostro de quien la rescató del dragón y finalmente concluye que todo ese episodio fue un error. Ella estaba repitiendo la historia de la princesa en un castillo encantado custodiado por un dragón, que es rescatada, pero el resto de la historia ya no la repitió, y ciertamente hubiera sido muy infeliz si la hubiera repetido. En varias ocasiones, cuando ve que la realidad no sigue al relato que ella conoce de lo que "debe ser", se niega a enfrentar la realidad (la de que ella también es ogra o de que ama a un ogro) y prefiere obedecer y tratar de seguir, a pesar de que sabe que es una mentira, el relato que le impusieron. Sucede exactamente lo mismo con muchísima gente, pues somos educados en una cultura, con relatos y metarrelatos "correctos" o simplemente "únicos", con un pensamiento sumiso y cobarde, vengativo o ambicioso. Y por supuesto, ingenuo, pues nos hace desear ideas que o no se realizan, o si se realizan son monstruosas. Por eso Shrek desecha (de una manera poco agradable...) las páginas de un libro que cuenta esta historia encarceladora.
En la segunda parte esto se enriquece en la crítica a la sociedad capitalista frívola simbolizada principalmente en el Hada Madrina, sobre todo cuando renuncian a ser "bellos" al final.

martes, 18 de mayo de 2010

A Dio


Me costó creer que había muerto.
Siempre lo recuerdo como lo conocí:
viejo y sabio, como el diablo.
Sin embargo él, a diferencia del crucificado, no ha muerto

lunes, 17 de mayo de 2010

Hexagrama 33. Tun - Retirada (I Ching)

El odio es una forma de implicación subjetiva por la cual nos vemos unidos al objeto odiado.

sábado, 15 de mayo de 2010

Hexagrama 30. Li - Lo que se adhiere, el fuego (I Ching)

Algo luminoso debe tener dentro de sí mismo perseverancia, de otra manera llegaría un tiempo en que se quemaría a sí mismo. Todo lo que da luz depende, para continuar brillando, de algo a lo cual se adhiere.
(...)
Al hombre superior no le importa si la muerte llega más temprano o más tarde. Él se cultiva, espera su tiempo y así asegura su destino.

*Aclaro que transcribo sólo algunos fragmentos de algunos hexagramas del I Ching... Aquellos que son machistas o imperialistas constituyen la parte desechable de este libro de sabiduría antigua.

sábado, 8 de mayo de 2010

Arte y poder, micropolítica y posmodernidad

Fragmentos de
Terry Eagleton, Una introducción a la teoría literaria, F.C.E., México, 2001.

El arte institucional y el poder.

"El poder del discurso crítico se mueve en varios niveles. Existe el poder que realiza con el lenguaje labores "policiacas", que determina que ciertas afirmaciones deben quedar excluidas porque no se adaptan a lo que resulta aceptable decir. Existe el poder que vigila lo que se escribe y lo clasifica en "literario" y "no literario" [esto es aplicable a muchísimos campos de la actividad humana], en permanentemente grandioso y efímeramente popular. Existe el poder de la autoridad frente a los demás, las relaciones de poder entre quienes definen y preservan el discurso y entre quienes, debidamente sleccionados, pueden ingresar al discurso. Existe el poder de dar un certificado -o de negarlo- a quienes se considera capaces de emplear el discurso bien o mal. En fin, se trata de las relaciones de poder entre la institución académico-literaria, en cuyo seno ocurre todo lo anterior, y los intereses de poder dominantes en la sociedad en general, cuyas necesidades ideológicas resultan beneficiadas y cuyo personal se reproduce gracias a la preservación y extensión controlada del discurso en cuestión."
p. 241

La micropolítica o el peor es nada de la izquierda

"Como el poder del Estado había resultado demasiado fuerte para desmantelarlo, el orden del día era ahora la llamada micropolítica. [...] La era de la revolución había cedido su lugar a la época del posmodernismo, y en lo sucesivo "revolución" sería un término estrictamente reservado a la publicidad. Había nacido una nueva generación de estudiantes y teóricos de la literatura, fascinada por la sexualidad pero harta de clase social, atraída por la cultura popular pero ignorante de la historia laboral, hipnotizada por la otredad exótica pero apenas enterada del funcionamiento del imperialismo."
p. 264