lunes, 17 de noviembre de 2014

El pueblo silencioso en "La dictadura perfecta"

En la película "La dictadura perfecta" dirigida por Luis Estrada aparecen, tan grotescos y cínicos como en la realidad, casi todos los poderes: representantes de diferentes partidos y grandes empresarios, entre los que se encuentran los de la industria de las telecomunicaciones, la droga y principalmente de los medios masivos, cuyo influjo en la vida nacional es para nuestra desgracia casi omnipresente. Casi todos los poderes aparecen representados, menos uno, el más importante y ciertamente el más difícil de representar: el pueblo.
Si bien es cierto que el pueblo es muy variado cultural y sobre todo políticamente, también es cierto que se ha hecho notar siempre, sobre todo en los últimos meses; tan es así que los otros poderes, que ejercen su dominación sobre él, siempre hacen todo lo posible por adormecerlo, como quien trata de controlar a una bestia salvaje. Pareciera incluso que el director tiene la misma intención al no mostrarlo nunca a pesar de que el abuso que sufre es el tema principal. Esta es sin duda otra razón por la cual Televisa colaboró intensamente en esta película: ellos son los grandes triunfadores y el pueblo el gran derrotado, cuya actitud es pasiva. Pero, aunque así parece haber sido, ¿realmente no puede cambiar la situación? Por supuesto que sí.
Ya han ocurrido cambios radicales en la historia del pueblo mexicano y de cualquier otro, y parece que nos encontramos en uno de esos momentos. Las reformas estructurales que los gobiernos y los partidos, obedeciendo a los grandes capitalistas nacionales y extranjeros, han aprobado y están aplicando con variada fortuna, a la par que la brutal represión a la gente organizada, en su mayoría estudiantes y profesores, ha generado una indignación inaudita que se manifiesta en cada vez más implacables protestas, protestas que pueden no sólo incomodar a estos poderes y a parte de la población, sino que incluso pueden derrocar el régimen. Esto no sale en el cine ni en la tele, pero está en las calles.