miércoles, 5 de octubre de 2016

El paternalismo en "Con ganas de triunfar"

Además de la crítica al racismo en las instituciones educativas y la épica del maestro comprometido con sus estudiantes, tan comentados ya en la película "Con ganas de triunfar" ("Stand and Deliver", 1988), vale la pena preguntarse por qué el profesor Jaime Escalante nunca cede su protagonismo en un proceso (la educación) en el que tendría que ser compañero de lucha y no solamente líder.
Sin duda ama su trabajo y eso le permite impactar en los jóvenes y buscar nuevas formas de enseñanza. Sin embargo, su entrega se ha vuelto obsesión y ha afectado su relación con su esposa e hijos, e incluso le ha provocado un ataque cardiaco por exceso de trabajo. Para el sistema esa abnegación es loable, sobre todo viniendo de un maestro, a quien se le quiere responsabilizar de todos los males de la educación (que se quiere privatizar), como si autoridades, gobierno, padres y medios masivos no tuvieran nada qué ver. Por eso no sorprende que el gobierno de la Ciudad de México haya proyectado esa película en las escuelas, cuando normalmente no proyectan nada ni apoyan a quienes lo hacen, a pesar de los obstáculos burocráticos y económicos.
El maestro abnegado que logra (sólo él) que sus alumnos progresen en términos del sistema (al poder ingresar a la universidad elitizada y, en consecuencia, a otro nivel socioeconómico) es también el empleado modelo que, de tanto trabajar y contagiar su empeño, logra que un país crezca... ¿Los reaizadores querían que los latinoamericanos aprendiéramos del modelo japonés, en el que los ciudadanos no tienen vida personal? Ni así ganaríamos lo mismo...
El paternalismo del profesor termina por dejar de enseñarle a los alumnos una importante lección: son ellos los que tienen que abrirse camino por sí mismos, no sólo académicamente (pues ya vimos que ahí también serán relegados), sino sobre todo políticamente.* Al final, las autoridades reconocen que aprobaron el examen. ¿Pero qué hubiera pasado de no ser así, como suele ocurrir en México, donde las autoridades prácticamente nunca cambian una resolución, por injusta e ilegal que sea?
Es ahí donde la organización de los estudiantes debe rebasar la gestión y el tesón del maestro, donde ellos como colectividad deben dialogar y actuar, pues como "minoría" tienen muchas cosas por qué luchar.


*Y aquí hay que recordar la cinta "La ola" ("Die Welle", 2008), en la que el docente-líder se convierte en un pequeño führer.