viernes, 19 de diciembre de 2014

Hoy y siempre es posible la revolución

El título del artículo "¿Por qué hoy no es posible la revolución?" es por de más tendencioso. Cualquiera que lo lea pensaría que es de un autor de derecha. Por lo que hemos visto, Byung-Chun Han no lo es, pero este artículo me hace sospechar de él como alguien más fashion que Zizek. Si bien es cierto que el concepto de revolución ha cambiado y tiene que hacerlo, también es cierto que es imprescindible desde la izquierda, o si ya tampoco se quiere usar "izquierda", desde el pensamiento crítico. Decir que no es posible la revolución es de una soberbia y además de una ingenuidad enormes, pues no se puede saber el presente ni el futuro con tanta certeza; es entonces propaganda neoliberal, aunque se analice y describa al monstruo del neoliberalismo, que necesita ideólogos que mantengan el mito de que es todopoderoso. Hasta la Hidra de cabezas que renacían tuvo un fin.
Por ejemplo, la falacia de decir que no existe enajenación sólo porque hay euforia, como si las drogas que provocan euforia no fueran enajenantes, y esto no es para defender a Marx, sino para defender el concepto de enajenación, fundamental para criticar al sistema. Otro argumento contra los más racionales antirrevolucionarios es que la revolución ni siquiera depende de la lógica de los intelectuales: suele tener muchas sorpresas, como la vida misma y la creatividad. La pueden aplastar y denigrar, pero tarde o temprano resurgirá.

lunes, 17 de noviembre de 2014

El pueblo silencioso en "La dictadura perfecta"

En la película "La dictadura perfecta" dirigida por Luis Estrada aparecen, tan grotescos y cínicos como en la realidad, casi todos los poderes: representantes de diferentes partidos y grandes empresarios, entre los que se encuentran los de la industria de las telecomunicaciones, la droga y principalmente de los medios masivos, cuyo influjo en la vida nacional es para nuestra desgracia casi omnipresente. Casi todos los poderes aparecen representados, menos uno, el más importante y ciertamente el más difícil de representar: el pueblo.
Si bien es cierto que el pueblo es muy variado cultural y sobre todo políticamente, también es cierto que se ha hecho notar siempre, sobre todo en los últimos meses; tan es así que los otros poderes, que ejercen su dominación sobre él, siempre hacen todo lo posible por adormecerlo, como quien trata de controlar a una bestia salvaje. Pareciera incluso que el director tiene la misma intención al no mostrarlo nunca a pesar de que el abuso que sufre es el tema principal. Esta es sin duda otra razón por la cual Televisa colaboró intensamente en esta película: ellos son los grandes triunfadores y el pueblo el gran derrotado, cuya actitud es pasiva. Pero, aunque así parece haber sido, ¿realmente no puede cambiar la situación? Por supuesto que sí.
Ya han ocurrido cambios radicales en la historia del pueblo mexicano y de cualquier otro, y parece que nos encontramos en uno de esos momentos. Las reformas estructurales que los gobiernos y los partidos, obedeciendo a los grandes capitalistas nacionales y extranjeros, han aprobado y están aplicando con variada fortuna, a la par que la brutal represión a la gente organizada, en su mayoría estudiantes y profesores, ha generado una indignación inaudita que se manifiesta en cada vez más implacables protestas, protestas que pueden no sólo incomodar a estos poderes y a parte de la población, sino que incluso pueden derrocar el régimen. Esto no sale en el cine ni en la tele, pero está en las calles.

viernes, 3 de octubre de 2014

El nacimiento de la tragedia, 16

F. Nietzsche

la música ha de ser juzgada según unos principios estéticos completamente distintos que todas las artes figurativas, y, desde luego, no según la categoría de la belleza: aunque una estética errada, de la mano de un arte extraviado y degenerado, se haya habituado a exigir de la música, partiendo de aquel concepto de belleza vigente en el mundo figurativo, un efecto similar al exigido a las obras del arte figurativo, a saber, la «excitación del agrado por las formas bellas».

El nacimiento de la tragedia, 17

F. Nietzsche

También el arte dionisíaco quiere convencernos del eterno placer de la existencia: sólo que ese placer no debemos buscarlo en las apariencias, sino detrás de ellas. Debemos darnos cuenta de que todo lo que nace tiene que estar dispuesto a un ocaso doloroso, nos vemos forzados a penetrar con la mirada en los horrores de la existencia individual — y, sin embargo, no debemos quedar helados de espanto: un consuelo metafísico nos arranca momentáneamente del engranaje de las figuras mudables. Nosotros mismos somos realmente, por breves instantes, el ser primordial, y sentimos su indómita ansia y su indómito placer de existir; la lucha, el tormento, la aniquilación de las apariencias parécennos ahora necesarios, dada la sobreabundancia de las formas innumerables de existencia que se apremian y se empujan a vivir, dada la desbordante fecundidad de la voluntad del mundo; somos traspasados por la rabiosa espina de esos tormentos en el mismo instante en que, por así decirlo, nos hemos unificado con el inmenso placer primordial por la existencia y en que presentimos, en un éxtasis dionisíaco, la indestructibilidad y eternidad de ese placer. A pesar del miedo y de la compasión, somos los hombres que viven felices, no como individuos, sino como lo único viviente, con cuyo placer procreador estamos fundidos.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Metal y política

Ensayo presentado en el coloquio Expresiones sonoras, diversidad musical. ENAH, 4 de septiembre de 2014.

https://www.academia.edu/8339826/Metal_y_politica

miércoles, 22 de enero de 2014

El sabio peripatético no está exento de conturbaciones, pero las modera.
XII

Michel de Montaigne