viernes, 19 de diciembre de 2014

Hoy y siempre es posible la revolución

El título del artículo "¿Por qué hoy no es posible la revolución?" es por de más tendencioso. Cualquiera que lo lea pensaría que es de un autor de derecha. Por lo que hemos visto, Byung-Chun Han no lo es, pero este artículo me hace sospechar de él como alguien más fashion que Zizek. Si bien es cierto que el concepto de revolución ha cambiado y tiene que hacerlo, también es cierto que es imprescindible desde la izquierda, o si ya tampoco se quiere usar "izquierda", desde el pensamiento crítico. Decir que no es posible la revolución es de una soberbia y además de una ingenuidad enormes, pues no se puede saber el presente ni el futuro con tanta certeza; es entonces propaganda neoliberal, aunque se analice y describa al monstruo del neoliberalismo, que necesita ideólogos que mantengan el mito de que es todopoderoso. Hasta la Hidra de cabezas que renacían tuvo un fin.
Por ejemplo, la falacia de decir que no existe enajenación sólo porque hay euforia, como si las drogas que provocan euforia no fueran enajenantes, y esto no es para defender a Marx, sino para defender el concepto de enajenación, fundamental para criticar al sistema. Otro argumento contra los más racionales antirrevolucionarios es que la revolución ni siquiera depende de la lógica de los intelectuales: suele tener muchas sorpresas, como la vida misma y la creatividad. La pueden aplastar y denigrar, pero tarde o temprano resurgirá.