sábado, 13 de junio de 2009

Los humanos crean a su dios a su imagen inversa

"Mortales, finitos, limitados, dolidos por esas constricciones, los humanos, preocupados por la completud, inventan una potencia dotada precisamente de las cualidades opuestas: con sus defectos dados vuelta como los dedos de un par de guantes, fabrican las cualidades ante las que se arrodillan y luego se postran. ¿Soy mortal? Dios es inmortal. ¿Soy finito? Dios es infinito. ¿Soy limitado? Dios es
ilimitado. ¿No lo sé todo? Dios es omnisciente. ¿No lo puedo todo? Dios es omnipotente. ¿No tengo el don de la ubicuidad? Dios es omnipresente. ¿Fui creado? Dios es increado. ¿Soy débil? Dios encarna la Omnipotencia. ¿Estoy en la tierra? Dios está en el cielo. ¿Soy imperfecto? Dios es perfecto. ¿No soy nada? Dios es todo,
etcétera.
Por lo tanto, la religión se convierte en la práctica por excelencia de la alienación; supone la ruptura del hombre consigo mismo y la creación de un mundo imaginario en el cual la verdad se encuentra investida imaginariamente. La teología, afirma Feuerbach, es una «patología psíquica», a la que opone su antropología basada en una especie de «química analítica». No sin humor, propone una «hidroterapia neumática»: utilizar el agua fría de la razón natural contra los calores y vapores religiosos, en especial, los cristianos..."

Michel Onfray, Tratado de ateología

1 comentario:

Anónimo dijo...

uuuy siii muy de acuerdo, por eso también dice que "el ateísmo es salud mental recuperada"!!!