domingo, 21 de febrero de 2010

El veneno al lavabo

Me di cuenta de que tenía mucho veneno. ¡Y cómo no! Todos tenemos. Pero hay que sacarlo, aunque también tenga cierto sabor adictivo. Cierto tipo de metal y ciertas ideas me atrajeron porque me ayudaban a sacarlo, aunque al mismo tiempo me lo provocaban más. Ya fue demasiado. "Sacar" al veneno estimulando el placer malsano no es sacarlo del todo, sino regenerarlo. Ya no los voy a odiar, no vale la pena. Que se pudran ellos solos. Es hora de purificar, de que haya más congruencia.

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