sábado, 9 de noviembre de 2013

Cerezo y águila

En el interior de la oscura tierra germinó la semilla, tierna. Brotó lo que sería una rama verde brillante. Con el paso de los días y los años el cerezo deleitaba con su aroma, su belleza y su sombra.

Un águila joven se posó en el árbol una tarde. Le gustó tanto ese lugar que permaneció ahí muchos días. A pesar de no ser una cueva, por alguna extraña razón lo protegía del frío. El ave volaba, a veces cerca y a veces lejos, pero siempre regresaba al cerezo porque era su mejor compañero. El bello árbol también disfrutaba de que el águila se posara en sus ramas e incluso comiera de sus ricos frutos. Apenas sentían la cercanía del otro, uno aceleraba el vuelo y gritaba y el otro movía sus ramas como agitadas por el viento del aleteo, aún más que si fueran de la misma especie.

En otra leyenda, el Maestro Almendro dibujó con su uña un barco en la piel de la esclava que era el espíritu encarnado, para que pudiera escapar de toda cárcel. En esta historia el cerezo y el águila se marcaron, uno con las garras en las ramas, el otro con una tintura en la piel del pájaro, signos cuya descripción aquí sería inútil y cuyo significado es inefable.

El águila vuela grandes distancias, intentando no perder su ubicación, recordando una flor del cerezo que funge como rosa de los vientos.

El árbol va abriéndose camino en la tierra con sus raíces, que nunca olvida, y en el cielo con sus ramas, sólo para los ingenuos está inmóvil. En su exquisita delicadeza tiene también la fuerza que tendrían cientos de seres.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando el águila vuela muy lejos del cerezo, siente alegría, él sabe que el águila debe volar, es una necesidad básica ya que ésta es libre, pero también algunas veces teme que no regrese, se pregunta ¿podría conocer tantos árboles, algunos serían mucho más bellos, otros más sublimes, por qué tendría que regresar a mí? Sin embargo, cada vez que el águila regresa, el cerezo irradia una belleza magnifica. Él sabe que a pesar de todo, ellos dos tienen algo que no encuentran en otro ser, eso que tienen es inefable, y lucharan para protegerlo.

Lorena