lunes, 8 de noviembre de 2010

Otro ascetismo, uno hedonista

Heredero de una tradición cristiana, detesté el cristianismo. Sin embargo, aún no había quemado mi herencia. Hay que hacerlo. Quedarse únicamente con dos o tres cosas rescatables. Lo demás está contaminado, vale más destruirlo o nos seguirá destruyendo.

Para muchos filósofos occidentales, el ascetismo es parte del cristianismo negador de la vida, por lo que consideran que debe ser igualmente rechazado. La palabra asceta viene del latín, que a su vez la tomó del griego ἀσκητής, 'profesional, atleta'. Un asceta es en realidad alguien que busca la perfección. ¿Y qué otra cosa es un verdadero filósofo, aquel que ama la sabiduría? No se busca la perfección por vanidad; hacerlo sería patético. Se busca para disfrutar más, sufrir menos, mejorar la vida real del sujeto y su entorno.

El ascetismo implica renuncias, pero no por masoquismo, sino para obtener otros goces. Es difícil para el occidental pseudosecular entender esto, pues ha creído que toda regulación obedece a la sumisión, el control y la censura, de las cuales, de una u otra forma, se quiere liberar. Y cree que el acceso al placer es la liberación en sí misma. Pero esto es carecer de todo autocontrol, y ser en realidad más manipulable, seres básicos, títeres.

Hedonismo y ascetismo pueden contribuir al perfeccionamiento humano (un proceso sin meta), de hecho no tendrian por que ser cosas diferentes en el fondo.

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